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miércoles, 24 de marzo de 2010

Houellebecq

Después de lo mucho que se ha hablado sobre este tío y sus libros, ya tenía ganas agarrar alguna novela suya. El otro día caí por la librería del Cortinglés, pero como no tenían ni “Las Partículas Elementales” ni “La posibilidad de una Isla” me llevé "Plataforma" sin saber muy bien de qué iba. Y va de Michel, un tipo de 40 años recién cumplidos, resentido y nihilista que se va de turismo (sexual) a Tailandia. Allí conoce a Valerie, una tía de 27 años que precisamente es una alta directiva de una agencia de viajes. Ya de vuelta en París se enrollan y juntos deciden meterse en una aventura empresarial que consistirá en la explotación de colonias turísticas sexuales. Y hasta aquí puedo leer.

La verdad es que la novela engancha desde la primera página, y se entiende por qué Houllebecq es tan odiado por los políticamente correctos, que le tachan de misógino, pornógrafo e islamófobo entre otras esdrújulas. En realidad, hoy Houellebecq es la gran estrella literaria de Francia y (éste sí, Pepín) un gran provocador. Por cierto, vive en España.

Transcribo un pequeño fragmento que me hizo descojonarme un buen rato. Sucede durante el avión a Tailandia y Michel se quiere dormir:

Estábamos entrando en el espacio aéreo de Afganistán. Desde luego por las ventanillas sólo se veía la más completa oscuridad. De todas formas, los talibanes estarían acostados, rehogándose en su propia mierda. 'Buenas noches, talibanes, buenas noches... dulces sueños', susurré antes de tragarme la segunda pastilla para dormir.

Lo escribió antes del 11-S.