lunes, 27 de diciembre de 2010

El experimento de Milgram

Como se nota cuando hay un buen maestro, y con ese punto, entre morriñoso y nostálgico, que estas fechas navideñas proporcionan, me ha sorprendido la mañana reflexionando sobre la condición humana y el experimento que Stanley Milgram realizó en 1961 en la Universidad de Yale.
Uno de los mejores profesores que tuve en mi experiencia universitaria era el profesor de sociología de segundo, un tipo cabal, capaz de realizar un buen análisis de las situaciones, y capaz de transmitir a los alumnos, o por lo menos a algunos, un cierto interés por la materia que explicaba.
Y el experimento de Milgram despertó mi interés, un planteamiento audaz para contestar una pregunta que todos se hacían en 1961. Poneros en situación, en ese momento, tras el proceso de Nuremberg, la condena de Eichmann (el inventor de la solución final para los judíos), las cámaras de gas, los cifras del holocausto que se iban conociendo, las grabaciones y pruebas que tan bien habían recogido los propios nazis... El sentimiento dominante era de incredulidad, la gente se preguntaba ¿Como ha podido suceder algo así?
¿Qué hizo a millones de alemanes cómplices del Tercer Reich? ¿Cual es el sencillo paso que puede convertir a un ciudadano normal en un hijoputa torturador? Probablemente tú y yo también fuesemos capaces de hacerlo, conozco a alguno que incluso iría de voluntario en las circunstancias apropiadas, asi que no vayas de listo pero... ¿Qué coño es eso de la obediencia a la autoridad?

La entrada de la wiki está bastante completa, si pinchas en el título he puesto enlace

3 comentarios:

  1. "Obediencia debida" fue lo que adujeron los guardianes del Muro de Berlín al ser acusados tras su caída de asesinar a los que intentaban cruzar.

    Para que funcione hacen falta dos: uno que mande y otro que obedezca. No creo que se pueda eximir de su responsabilidad al que obedece.

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  2. Ese es el rollo, no se trata de responsabilizar o de eximir de responsabilidad, en realidad ambos son claramente responsables. Eichmann sólo no habría podido cargarse a seis millones de tíos, le hacían falta muchas manos, muchos ayudantes cumpliendo la "obediencia debida".

    Si a un tío con bata blanca en Yale le obedecían un 66% de los sujetos del experimento, imagina lo que obedecía un soldado cualquiera o un preso en regimen de privilegios a un coronel de las SS, con abrigo de cuero, luger a la cintura y la típica actitud de "te pego un tiro ahora mismo como me toques los cojones."

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  3. eran totalmente responsables , pero además a la mayoría no les temblaba la mano y comulgaban con la movida encantados, ni obediencia debida ni hostias, unos hijos de la gran puta.

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