viernes, 17 de septiembre de 2010

Una breve historia de casi todo


"Bienvenido. Y felicidades. Estoy encantado de que pudieses conseguirlo. Llegar hasta aquí no fue fácil. Lo sé. Y hasta sospecho que fue algo más difícil de lo que tú crees. En primer lugar, para que estés ahora aquí, tuvieron que agruparse de algún modo, de una forma compleja y extrañamente servicial, trillones de átomos errantes. Es una disposición tan especializada y tan particular que nunca se ha intentado antes y que sólo existirá esta vez. Durante los próximos muchos años –tenemos esa esperanza-, estas pequeñas partículas participarán sin queja en todos los miles de millones de habilidosas tareas cooperativas necesarias para mantenerte intacto y permitir que experimentes ese estado tan agradable, pero tan a menudo infravalorado, que se llama existencia.
Por qué se tomaron esta molestia los átomos es todo un enigma. Ser tú no es una experiencia gratificante a nivel atómico. Pese a toda su devota atención, tus átomos no se preocupan en realidad por ti, de hecho ni siquiera saben que estás ahí. Ni siquiera saben que ellos están ahí. Son, después de todo, partículas ciegas, que además no están vivas. (Resulta un tanto fascinante pensar que si tú mismo te fueses deshaciendo con unas pinzas, átomo por átomo, lo que producirías sería un montón de fino polvo atómico, nada del cual habría estado nunca vivo pero todo él habría sido en otro tiempo tú.) Sin embargo, por la razón que sea, durante el período de tu experiencia, tus átomos responderán a un único impulso riguroso: que tú sigas siendo tú."

Así empieza este libro, en el que estoy ahora inmerso. El autor se plantea la razón por la cual los libros de texto con los que hemos trabajado en nuestra educación no entran en el por qué de las cuestiones. Por qué nos explican las capas que componen el planeta, por ejemplo, pero no dan respuesta a cuestiones tan elementales como; ¿Cómo han podido los científicos saber esto? Pues por ahora no ha ido nadie al centro de la tierra a mirar como es, o si hace tanto calor ahí dentro, por qué no está más caliente la superficie.
La divulgación científica se ha convertido, en muchos casos, en una disciplina casi religiosa, con sus dogmas de fé y todo lo demás. Este fulano trata de desmontar esos dogmas y lo consigue gracias a un exceso de lucidez (esto le debe jugar malas pasadas en su vida privada) y mucho sentido del humor.
Ahora estoy con la Gran Explosión, la formación del universo y estas cosas, lo más sorprendente es que además de entender lo que me cuenta tiene bastante coña.

Bill Bryson es un reconocido escritor de viajes británico, por lo visto, pues no he leido ni visto ninguno, sus libros y documentales de viajes (que también ha hecho algunos) tienen gran reputación, sobre todo por ser una persona capaz de dar los distintos enfoques de una misma cosa y hacer comprender al lector o espectador que cada uno vemos las cosas a nuestra manera.
A este relativismo cultural sumamos humor e ironía y ya tenemos el cóctel Bryson perfecto.

2 comentarios:

  1. Todavía lo tengo en la mesilla, muy recomendable. Que lo disfrutes.

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  2. A veces se quedan cosas pegadas a las mesillas

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