lunes, 25 de enero de 2010

El país del vudú


Por cambiar un poco de tema voy a haceros partícipes de una pequeña reflexión que me está surgiendo de las tripas con este lío del terremoto haitiano.
Cómo es posible que nos gastemos un dineral en ayuda a Haití y que luego no se distribuya entre la gente, Por qué ha pasado esta desgracia, tras escuchar múltiples opiniones creo que el que más se acerca a la solución es el primate ese venezolano Hugg!! que habla de un terremoto provocado, pero no por los Estados Unidos, ahí se equivoca, en realidad ha sido fruto de un ritual vudú que se le ha ido de las manos a su promotora.
Marianna Tinga es una experta en rituales de vudú y de Candomblé, en los que se inició por medio de una vecina de la fevela de Puerto Príncipe cuando era tan solo una niña. En seguida le cogió el rollo a eso de dejarse poseer por los espíritus y los no tan espíritus, alternando la magia negra con la prostitución, esto le proporcionaba unos pequeños ingresos que le permitían alimentarse entre posesión y posesión, e incluso comprar un rollo de basta tela de colores con el que hacerse los vestidos.
Hace unos 15 días Marianna descubrió algo inquietante, la estaban utilizando para llegar a la divinidad, ella había escuchado más de una vez la exclamación ¡oh Diosss! a diversos hombres momentos antes de finalizar el ritual de posesión derramándose en su interior, pero no le daba demasiada importancia, hasta que un misionero dominico le explicó que eso era una blasfemia, y para expiar tal pecado necesitaba ser sodomizada brutalmente por un varón, noble y célibe, como no encontró ninguno con estas características dejó que fuera el fraile quien le practicara el ritual sodomita, y no estuvo del todo mal hasta el momento del climax, cuando con una súbita contracción del esfinter, y con la ayuda de las uñas arrancó de cuajo el miembro al fraile, falleciendo desangrado el mismo a los pocos minutos de la castración.
Marianna, muy confusa, se llevó a casa el inerte miembro, y tras reflexionar sobre el asunto decidió practicar un ritual vudú con el mismo pensando que de esta manera expiaría los pecados del antiguo poseedor de dicho pene.
Resultó que la picha del fraile, entre vaginas y anos había estado inmersa en la mitad de la población Haitiana, de ambos sexos, por lo que su falo se convirtió en un muñeco cuyos efectos habría de sufrir toda esa gente como receptores de vudú.
De manera que la pobre Marianna cogió una aguja con la mano derecha y el muñeco cn la izquierda, pintó unos ojos, la nariz y la boca en el glande del dominico, realizó sus rezos rituales cogió una aguja y se le ocurrió clavarla en un orificio que observó en la punta.
El resto es historia

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