miércoles, 12 de enero de 2011

MIS PROBLEMAS CON LAS MUJERES 1



Ayer, sentado viendo la tarde pasar en un polígono industrial, una preciosa chavala cruzó conmigo una mirada seductora, o eso me pareció. Estábamos frente a frente. La intranquilidad y el nerviosismo se fueron apoderando de mi organismo, y mi mente, cada día más enferma por cierto, comenzó una febril actividad

- Quizá si me sonríe debería decirle algo – quizá, quizá, y va la tía y me sonríe
- ¡Y ahora que coño le digo yo!

Los pensamientos de amontonan en mi cabeza, podría decirle muchas cosas, pero hay que decidirse, valorar las opciones y tomar una decisión, puedo acertar, puedo fallar, que es lo más probable, y también podría no hacer nada y acogerme a la tranquila seguridad de mi soledad.

Podría decirle que me gusta su sonrisa, pero me da una vergüenza de cojones decirle algo así, seguro que le da un ataque de risa y piensa, de donde ha salido este espécimen extraño de homo sapiens. No, mejor no le digo eso.

Un comentario brillante y simpático sería lo mejor, eso a mi normalmente no se me da tan mal, pero como cojones se me ha hecho este nodo gordiano en las cuerdas vocales. Como el clásico, si fuera capaz de deshacerlo podría conquistar el mundo, pero la solución alejandrina (cortar por lo sano) me dejaría más mudo todavía, y veo, más bien constato, que todavía no le he dicho nada, los segundos van pasando, tic-tac, tic-tac.

Por lo menos, podría dedicarle un gesto, algo que denotara amabilidad, cordialidad, afinidad, yo que se, algo que no sea esta estúpida expresión hierática, pero la parálisis facial es también un hecho, que le vamos a hacer, tic-tac, el tiempo sigue contando.

De manera que ahí estoy, quieto, mudo, y cada vez más turbado por mis propios pensamientos. Tic-tac, la presión va subiendo, tic-tac, el color de mi rostro se va haciendo cada vez más rojo, tic-tac, mi percepción de la situación se va oscureciendo cada vez más.

Su primera sonrisa dio paso a un momento de expectación que ha sido sustituido por una justificada indiferencia, normal, qué iba a hacer.

Tomo una decisión, tal vez la única que soy capaz de tomar, llegados a este punto lo mejor será correr, huir, escapar.

- Hasta luego – soy capaz de decir con voz entrecortada

Y me siento mal, y me voy, y corro, y no miro atrás, y al final me siento más aliviado, por lo menos no le he dicho esa estupidez de la sonrisa, menos mal.

3 comentarios:

  1. Vaya, la foto me indujo a pensar que era una yonqui que te quería llevar al huerto.

    ResponderEliminar
  2. Deduzco que habrá segunda parte...

    ResponderEliminar
  3. Segundas, terceras, esto tiene nuevas partes cada día, y de anoche porque no me acuerdo, menos mal

    ResponderEliminar

suelta tu burrada